Seguro que José Luis, viajero impenitente, encuentra paz cuando recorre tierras y paisajes, hogar de gente, plantas, animales,rocas, ríos, marismas y vientos en un periplo similar al de las aves migrantes más voladoras, la collalba gris que, desde los pedredros de cría en la costa de Groenlandia se desplaza a la sabana de acacias del Sahel africano, tras sobrevolar el secarral del Sahara, y, en el Nuevo Mundo, el busardo chapulinero, rapaz comedora de saltamontes y grillos que se reproduce en las Grandes Llanuras de Norteamérica, antigua residencia de millones de bisontes, e inverna en los cultivos y pastos de las Pampas, entre gauchos, ñandúes, vacadas y campos de soja.
Francisco J. Purroy