En la Edad Media, esta ciudad tenía ya mil años. Nacida como campamento militar romano -de legión le viene el nombre-, sus murallas acogerían más tarde a la capital de un poderoso reino cristiano en la que se elevaron templos magníficos: románicos, góticos y renacentistas. “León tuvo reyes antes que Castilla leyes”, reza el dicho popular. El devenir de los siglos ha ido modelando una ciudad laberíntica en la que las huellas de la historia parecen saludar al visitante a cada paso. Palacios, casonas nobles, iglesias y conventos son el contrapunto artístico y monumental a una población ubicada entre la montaña y la llanura, entre los ríos Bernesga y Torío, cuyos habitantes nunca han querido perder el contacto con la naturaleza. Bulliciosa y alegre en sus fiestas y sus noches, la vida social leonesa late al ritmo que marca un Barrio Húmedo siempre despierto.